sábado, octubre 23

mis ojos brillen

Necesito esa pizca de pimienta,
ese poco de sabor,
ese picante,
algo que cambie un poco la vida,
algo que le dé una leve sacudida,
algo que me recuerde el por qué y para qué de las cosas.
Porque ya no lo encuentro, y la monotonía me está carcomiendo el cerebro.
Ver el pasar de los días, como hojas del calendario desplazándose en una danza a través del viento, creyendo, o sin creer, pero con un deseo muy fuerte de que algún día, eso, eso que buscaba, aunque no sabía bien qué, llegue.
Me encuentre, y yo ni lo haya tenido que salir a buscar.
Pero STOP, no era tan fácil, claro que no, en éste juego nada lo es.
Porque no se trata de seguir experimentando algo nuevo cada vez, y luego dejarlo, porque se hace monótono como todo al fin.
Esta monotonía viene de mí. De mi centro, de mi ser.
Deberé escarbar, buscar, explorar y registrar cada parte de mí. Deberé conocerme, saberme como soy, intentar comprenderme, hasta tenerme un poco de lástima si en necesario, pero no me rendiré. Yo se que el sabor esta, lo veo en la gente, en su mirada, como se ilumina cuando algo los sorprende.
Entonces ¿Por qué la mía siempre muestra el mismo sentimiento, un aburrimiento incomprensible?
¿Qué por qué incomprensible? Porque no me aburrí de un juego, de una persona, de una rutina, de un sentimiento, de un estado, de una situación, de una relación, de un objeto, etc.
Me aburrí de mí.
De tenerme siempre conmigo.
Ahí siempre estoy yo, tan molesta, tan insoportable, acompañándome a todos lados.
Quisiera separarme de mi misma, sacarme el disfraz y partir, huir mejor dicho.

Se que no puedo, y heme aquí, incrustada en mí, imposible de separarme.

Tal vez un día mis ojos brillen como los otros..