jueves, marzo 10

Necesito cambiarme, sacarme el disfraz.
Exponerme, desnudarme ante todos.
Dejar las mentiras.
Ser yo en mi verdad más cruda, más desagradable, más rechazable.
Necesito sacar todo esto que tengo adentro, que lleva años esperando por salir.
Si sólo supiera cómo empezar...
Es tan difícil no pensar en vos.
Teniendo tantos otros problemas en que pensar, me paso la mayoría del tiempo pensándote, y el resto, pensando en no pensarte.
Me duele.
No, no me duele. Me jode.
Me jode pensar en vos. Porque no tiene sentido, porque no sirve, porque no me lleva a ningún lado, porque sé que esto no tiene principio ni fin.
Entonces, ¿por qué soy una máquina tan ilógica? ¿por qué me dejo dominar por lo irreal, lo inexistente?
¿Cómo algo que puede inventar muchas cosas, calcular tantas otras, crear, saber, entender, se deja aplastar por algo inmaterial?, por el corazón idiota, que no quiere entender los finales. Que sólo sabe de los felices. Pero que acá no se puede. YO no puedo.
No tengo un final feliz. No soy un final feliz.
Soy esto, destinada a esto, y a no mucho más.
Puedo encontrar millones de cosas, que me hagan sonreír.
Pero mi duda es: ¿Es una sonrisa fugaz, algo del momento, un segundo nada más, felicidad? ¿No es la felicidad algo duradero, una etapa?
Tal vez no la se apreciar, tal vez me mire de lejos, cuando no quede tiempo ya para mucho más. Y llorando, me voy a dar cuenta de lo feliz que era y lo vacía que estoy.
Pero, en resumen (y es esto lo que no quiere entender mi corazón [y ojala me escupan desde algún lado por ponerme a hablar de esta masa muscular incapaz siquiera de pensar ni sentir como algo dominante en mí]), la felicidad sé que no la voy a encontrar en vos.
Por eso no funciona. No funcionó. No funcionaría.
Porque te culpo a VOS, por no hacerme feliz.
¿Por qué, pensaba yo, si esto es amor, por qué no es felicidad tambíen?
Por qué tiene que doler
Por qué no cambie
Por qué me cuesta sonreír igual que ayer, cuando sola, anhelaba compañía


Tuve que entender más tarde, cuando después de vos, la felicidad tampoco apareció, que el problema estaba en mí.
Que vos no me lo vas a poder resolver con quererme, porque yo no me quiero y creo, eso es más importante. A eso llegué por lo menos.
Y fue mucho para mi.