Lo oculto, lo escondo, lo confundo, lo mezclo, pero sé que finalmente está ahí, porque puedo sentirlo, tan presente en mis pensamientos como en ese entonces, puedo verlo a través de mis respuestas, a través de mis sueños puedo ver los estragos que causa en mi cabeza y en algún momento saldrá a relucir, como la única verdad, o por lo menos, la única importante.
Pero ya es tarde, y nada puedo hacer para cambiarlo, mas tampoco quiero realmente hacerlo.
Me duele, pero al mismo tiempo, me hace feliz.