domingo, diciembre 27

Sé que la verdad a veces duele bastante.
Pero la prefiero antes que tus silencios..
Esos silencios eternos, en los que tu mirada se desvía, rehuye de la mía, y tu boca se frunce en una delgada línea.
Quisiera sólo leer tu mente, aunque sea tener un atisbo de lo que pasa por ella, aunque seguramente, luego me arrepentiría.
Difieren en circunstanciales reacciones y acciones, porque prefiero oír la verdad con tu propia voz, y no tener que adivinarla por mí misma.
Algo que corrompa esos momentos, (tal vez segundos, o ni siquiera eso) que significan existencias enteras para quien reclama una respuesta sin importar cual sea, podría llegar a ser un alivio aún más que la propia cura.

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