sábado, diciembre 19

De vez en cuando necesito ese algo que me recuerda el profundo odio a mi misma.
Me da la seguridad de que sigo siendo la misma asquerosa persona que soy, y que por lo tanto, todo está en orden. Necesito el dolor como comprobante de que todavía siento, y necesito hacerme mal para saber que vivo. Porque es lo único que recuerdo por vida, porque es más fuerte que otros sentimientos, porque es más frecuente también.
Necesito recordar las tres mil cosas que me quedaron por hacer, para saber que hay un mundo después de mí, y que nada se está llevando a cabo en él.
Pero no te necesito a vos, ya que me dabas demasiada felicidad, más de la que podía soportar, y ya no me sentía real, no me sentía viva, era mucho más de lo que yo merecía, y por eso me tuve que ir.

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