No sos más que una sombra, que un patrón vislumbrado a la lejanía, un recuerdo que nunca llegó a ser momento.
Un boceto de mí, doble faz, pero nulo como cualquier reflejo, inexistente y vacío de esencia.
Recordarte es soñar, es intentar imaginar algo que cada vez se vuelve más nubloso, erróneo y confuso, y darle a eso un significado que ya se perdió desde que no estás.
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