domingo, febrero 21

lejos

Me quiero ir. Juro que nunca tuve tantas ganas de desaparecer en este momento.
Dios, maldito dios, si tanto hablan de tu existencia como mínimo no podrías volver el tiempo atrás, por no pedirte que me borres de la faz de la tierra.
Quiero escaparme, y lo haría, lo haría, lo haría. Pero luego ¿qué? En algún momento voy a tener que volver, no puedo pasarme la vida sin una muda de ropa, sin cama, y escondida en alguna parte de la ciudad.
Lo estoy pensando, y mucho. No soy así, no me puedo dejar llevar por los impulsos.
Pero es que me arruinan tanto la vida. Y yo sé que no es su intención. Pero no pueden retenerme, no pueden amarrarme a la pata de una silla y simplemente simular que me voy a quedar ahí sin moverme, tampoco pueden pretender que les diga la verdad siempre. Que lo acepten, es por el bien de ellos.
Algún día me voy a ir, sea cuando sea, así que es preferible que vayan soltando un poco la soga.

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