martes, diciembre 7

Un botón. Un clic. Un fin.
Ojalá existiera ese bendito botón. Ojalá borrar las cosas fuera tan sencillo. Ojalá jamás regrese al punto de inicio.
Sí, anhelaría borrar mi pasado, eliminar cada uno de esos momentos, que, desprevenida en la noche, llegan a mi mente, causándome el mismo disturbio, enojo, vergüenza, melancolía, asco, pudor, ira, y por último, tristeza.
Pero sé que no puedo, me costó aceptarlo, pero negarlo me impediría continuar.
Debo seguir, caerme, levantarme, volver a intentarlo, volver a caer, tal vez permanecer un rato en el suelo, ponerme de rodillas, volver a levantarme, poner la frente en alto y por fin lograrlo.
No puedo hacer más que perder, hasta el día que gane.
No puedo parar de crecer, hasta el día en que comience a envejecer.
Y no pude dejar de amarte, hasta que empecé a odiarte.


Es ridículo, totalmente ridículo, irónico, confuso, un chiste bastante pesado..
pero, cuando deje de vivir, empezaré el renunciado camino hacía la inevitable muerte..

No hay comentarios:

Publicar un comentario