Corre lo más lejos que puedas,
todavía estás a tiempo de escapar,
aunque no creo que yo me pueda salvar,
ya caí en vos, y ahora no me puedo levantar,
me tiemblan las rodillas
y los pies me pesan más.
Pero huye,
no quiero que me veas,
destrozada y por el suelo,
llorando y gritando
hasta el cansancio,
rogando,
implorando,
que te quedes
solo un poco más
porque entonces,
ya no te dejaré escapar.
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