lunes, octubre 8

(mis)pensamientos

Son como retazos, manchones, sombras difusas en noches con neblina; y la vez son rayos tan claros y precisos, intermitentes: reconfortantes y aterradores. Enredados, pegajosos, casi una masa amorfa, divisible en tantas partes y cada una en tantas otras. Y aparecen cuando quieren y de la manera menos sutil posible, con zapatos de hierro y piso de espejo, con sonrisas macabras. Y se les nota en los ojos el regocijo, por el infortunio de quien las padece. A veces son tan suaves, y frágiles como burbujas, con miedo de avanzar, miran desde un rincón (sabiendo que la oscuridad los puede aplastar).
Pero jamás coherentes y homogéneos.

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